"Los cien días de gracia no es verdad. El Ministerio no se puede parar porque llegue una persona nueva", reconoce Aguilar consciente de que es necesario dar continuidad que no "continuismo" a las políticas agrarias y pesqueras comunes o a los acuerdos de Nagoya (biodiversidad) y Cancún (cambio climático), por enumerar algunas de las primeras cuestiones con las que le tocó lidiar.La construcción en dominio público hidráulico como el polémico hotel de El Algarrobico "que debe desaparecer del Parque Natural de Cabo de Gata", el fin del uso partidista del agua, o qué hacer con los alimentos transgénicos, son algunas de las cuestiones sobre las que la ministra se pronuncia
Pregunta.- El próximo viernes se cumplen 100 días de su nombramiento y se acaba el periodo de gracia ¿Le ha dado tiempo a arrepentirse?
Respuesta.- No. En absoluto. Ahora estoy con la misma ilusión. Cuando tomas decisiones de estas características no debes mirar atrás, sino adelante, y hacer el trabajo que te han encomendado, pensando siempre que el destinatario de tus esfuerzos y de tu compromiso es la ciudadanía.
P.- ¿Que destacaría de estos primeros cien días?
R.- Primero que no es verdad los cien días de gracia. Hay que continuar el trabajo y no se puede parar el Ministerio porque llegue una nueva persona. Hay que ir solucionando temas importantísimos para distintos sectores y para el conjunto de la sociedad, cuestiones prioritarias como política agrícola común, la política pesquera común o todo lo que ha significado las cumbres de Nagoya y Cancún.
Desde el primer momento también, una voluntad decidida por mi parte de tener un diálogo constante y permanente con las organizaciones agrarias, pesqueras y el tener un diálogo y la posibilidad de marcar una hoja de ruta hasta la final de legislatura con las ONG ecologistas.
También la voluntad de avanzar en un diálogo leal y sincero con los grupos parlamentarios en asuntos esenciales como el agua, las políticas comunitarias, que a nivel de Estado son fundamentales.
P.- Continuidad pero no continuismo.
R.- Efectivamente, la persona que está al frente de un ministerio siempre pone su propia impronta, y desde el primero momento lo deje claro. No fue una frase retórica, que quería pintar de verde el ministerio. Porque este ministerio tiene un alma común que se llama sostenibilidad, y empleo la palabra desde la perspectiva de sostenibilidad económica, sostenibilidad social y sostenibilidad ambiental. Es la forma de ganar el futuro y si lo hacemos desde el dialogo, el acuerdo y el consenso, significa ganar el futuro juntos.
P.- En general, su nombramiento ha sido bien recibido por las ONG, pero algunas ya han afirmado que no va tener tiempo para poner en marcha todas las medidas necesarias para "reverdecer" el ministerio.
R.- Cuando hay voluntad, hay tiempo para hacer las cosas; contamos con algo más de un año para que acabe la legislatura y en ese contexto, me parece fundamental un acuerdo global que marque una hoja de ruta, un camino que se debe ir evaluando constantemente para ver sus resultados, porque vamos a ver avances hechos realidad.
P.- ¿No tiene la sensación que le han encomendado recuperar para la izquierda el campo medioambiental frente al abandono de su antecesora, lo que ha motivado que surja el embrión nueva formación política verde?
R.- Es normal que, desde el ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, y desde el Gobierno de España, se tenga un objetivo absolutamente claro y un compromiso adquirido con el conjunto de la ciudadanía en términos medioambientales. No en vano, la Ley de Economía Sostenible implementa un nuevo modelo de crecimiento; es un cambio cualitativamente muy importante, es transformar la realidad para crecer de otra forma y manera, respetuosa con el entorno.
Hoy, la sostenibilidad es una política transversal a todo el Gobierno de España, y por tanto también al Ministerio. Las políticas medioambientales forman parte de las políticas agrícolas, políticas pesqueras, del agua... y en ese contexto ya hemos dado los primeros pasos.
No se trata de evitar que cualquier movimiento pueda surgir, o que cualquier partido se pueda configurar, porque cada uno tiene el derecho a hacerlo; se trata de actuar en consecuencia con un programa electoral, con un compromiso y hacerlo día a día verdad y realidad. Además estoy convencida de algo que me resulta fundamental: hablar de futuro es hablar de política medioambiental. A los agricultores les digo que hablar de medioambiente no es plantear obstáculos y dificultades, es abordar la propia realidad misma que ellos impulsan a diario. La agricultura, la pesca, tienen que establecer una alianza clara con lo que significa el desarrollo sostenible, porque ahí esta el futuro del propio sector.
P.- ¿Hacen falta entonces partidos verdes?
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